El aceite de oliva de Aceituna Morisca pose una extraordinaria fuerza y gran riqueza de matices que lo convierten en un aceite muy valorado por los amantes de la buena cocina.
En nariz es intensamente frutado, con toques a manzana verde y hierba.
En boca es muy fluido, dulce y con un retrogusto ligeramente amargo y algo picante.
Además la aceituna Morisca posee una elevada concentración de polifenoles dialdehídicos,
189,2 ppm frente al 36,25 ppm de media de otras variedades. Estos polifenoles son los compuestos que dotan de aroma y sabor al aceite de oliva, gracias a su elevada concentración los aceites de variedad Morisca conservan durante un mayor periodo de tiempo que los aceites de oliva del resto de variedades todos sus aromas y sabores.